Neuquén.- La cosa esta complicada. Una frase que se escucha a diario y que resume la economía de la población argentina.
Alejandra Alberdi, referente del comedor Libres del barrio Ruca Antú, relató como se vive en las calles donde falta de todo incluso la comida.
«La realidad es cruda. Nenes y abuelos con hambre es duro de ver. Atendemos a 163 personas con cenas que realizamos seis mujeres», comentó en comunicación con La Red Neuquén.
Luego agrego: «Hacemos guisos, tallarines, arroz. Tratamos de hacer comidas variadas y que llenen, pero no siempre tenemos insumos. Hacemos lo que podemos con lo que recibimos y no siempre llegamos a cubrir a todas las personas que vienen».
Alejandra recordó que «hace cinco años que cocinamos a los vecinos, en pandemia llegamos a un número muy alto y ahora es cada vez más grande la demanda».
La trabajadora señaló que «intervenimos en casos de violencia a menores, porque en definitiva todos les tomamos cariño a los chicos que asisten al comedor».
También mencionó que «cada vez que podemos hacemos comida especial para diabeticos y celíacos».
«Nosotras pasamos necesidades y no podemos dejar de ayudar. Con malabares tratamos de darle su plato de comida a cada vecino», cerró.