Las elecciones del paso 16 de abril dejaron mucha tela política para cortar. Un resultado adverso que por primera vez deja a la provincia en manos que no son del MPN puro.
Pasados pocos días del domingo se conoció el primer pase de bando. El diputado del MPN Víctor Pino, que entró en reemplazo de Germán Chapino cuando éste último se fue al ministerio de Desarrollo Social, anunció que dejaba el bloque del MPN para abrir una “sucursal” llamada (sutilmente) MPN Auténtico.
El legislador había entrado de la mano de la lista Azul y Blanca, producto del acuerdo entre el líder petrolero, Guillermo Pereyra y los azules. El triunfo de Rolando Figueroa lo puso en contradicción y, analizando una obligación de escuchar al electorado, dio el portazo.
El segundo “panqueque” fue el médico de Rincón de los Sauces, Walter Erdozain, quien fue segundo en la lista de Libres del Sur, colectora de Ramón Rioseco. Con foto y todo anunció que había sido convocado por Figueroa para formar parte de su gobierno en el área de salud. Ni lento ni perezoso, dijo que si y se cruzó de vereda.
Si algo aprendemos con estos casos es que las lealtades se ven mucho más en el fracaso que en la victoria. Es mucho más fácil ser leal con quien ganó que quedarse y sostener las banderas levantadas aún en la derrota.