Un avión ruso Tupolev que había despegado en la madrugada de ayer de Moscú ha caído a las aguas del Mar Negro poco después de haber hecho escala en el balneario de Sochi para echar combustible. La nave, un Tu-154 en la que viajaban 84 pasajeros más ocho tripulantes, se dirigía a Siria y debía aterrizar en la base aérea de Jmeimim, donde Rusia tiene una agrupación de aviones de guerra.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha confirmado que no hay supervivientes. El presidente del país, Vladimir Putin, ha ordenado al primer ministro, Dimitri Medvedev, que abra y lidere una investigación para aclarar las causas del siniestro. Putin ha decretado para este lunes duelo nacional en memoria de las víctimas.
La mayoría de los pasajeros, 64, eran artistas, integrantes del conjunto de canto y danza Alexándrov, conocido con el nombre de Coro del Ejército Ruso, el resto eran militares y nueve periodistas.
Moscú generalmente envía grupos de artistas a Siria para actuar durante las fiestas ante los militares allí emplazados. En este caso el coro iba para la principal fiesta que celebran los rusos, la de Año Nuevo.