Aunque todavía no está a la venta, el Myo tiene el potencial de cambiar a la industria digital. A simple vista es un brazalete de plástico que se adapta al tamaño del antebrazo, pero una vez conectado vía bluetooth a una computadora, se convierte en un lector de ondas musculares que logra interpretar y traducir los movimientos del brazo dentro de un entorno informático digital.
Con sólo pararse frente a la pantalla, el usuario puede pasar diapositivas, reproducir música y videos o manejar el cursor del mouse en la pantalla. Todo realizado con los simples movimientos de la mano.
Pero su utilización va más allá de las pantallas, ya que también se puede utilizar en conjunto con otros aparatos electrónicos.
El Myo aún se encuentra en fase de prototipo. Su precio ronda entre los 200 y 250 dólares, pero sólo está a la venta para desarrolladores y no se encuentra disponible para el público masivo ya que, comenta Cwaik, aún no existe un gran mercado de aplicaciones.