Mi respuestas es que no.
La militancia universitaria juega un papel fundamental en la formación de una ciudadanía crítica, consciente y comprometida. “En la escuela nos enseñan a memorizar fechas de batallas” nos dicen Los Fabulosos Cadillac en su canción y en la universidad a pensar, a debatir, a generar opinión propia. Una opinión de derecha, de izquierda, populista o libertaria; no importa…propia.
Más ventajas de la militancia universitaria: participación activa en la toma de decisiones y la defensa de derechos, conciencia social, lazos con la comunidad, desarrollo personal, espacios de debate y encuentro, entre otras.
La Universidad Pública siempre estuvo a la altura de las grandes batallas que se dieron en el marco de las ideas en la historia de nuestro país.
En los noventa el debate era una universidad para pocos, neoliberal, tercerizada y arancelada, que defendía las ideas de que el Estado no debía hacerse cargo de garantizar derechos. Avanzamos muchos de ahí hasta hoy. Pareciera que hay una intención de volver ahí.
El movimiento estudiantil de aquel momento generó en sus filas, desde las más variadas gamas ideológicas, históricamente a una formación de científicos, referentes educativos y sociales y políticos, que en su mayoría siguen militando en la actualidad en causas colectivas.
La apatía política no es una opción; la defensa de la educación pública es innegociable; ya que se trata de la única oportunidad que pueden tener muchas personas de salir de una situación de pobreza a la que se ven condenadas de no tener esa chance.
PD: Gracias a quienes colaboraron con su experiencia en esta columna.