Argentina.- Los incendios forestales que se registraron durante el 2020 quemaron más de un millón de hectáreas en distintas provincias de la Argentina, y el origen de los siniestros fue la acción humana en el el 95% de los casos, en un contexto de sequía prolongada. La superficie estimada afectada entre el 1 de enero y el 12 de diciembre fue de 1.151.931.054.
Las provincias más comprometidas fueron Córdoba y Entre Ríos, mientras que la única que no presentó problemas de este tipo fue San Juan.
«Hubo un máximo de 14 provincias con incendios en simultáneo y se quemaron más de un millón de hectáreas. Hubo una sequía prolongada y el efecto que produce La Niña, que eleva las temperatura y hace que los períodos de lluvia sean menos frecuentes, hizo que más cantidad de masa boscosa o pastizales se secaran con mayor rapidez y en más superficie», dijo Alberto Seufferheld, director del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF).
Agregó que «en condiciones normales, hay un porcentaje alto de afectación por el hombre pero en condiciones húmedas no hay grandes superficies de fuego. Con las condiciones extremas que tuvimos, que estuvieron por encima de los márgenes históricos de temperatura y sequedad, se complicó».
Según el SNMF, hay causas naturales que producen el fuego y la más común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas.
Desde diversas organizaciones socioambientales advierten sobre los efectos del cambio climático en los incendios y se hizo un llamamiento por el modelo productivo por las quemas intencionales para el agro.
«Fue una de las peores temporadas de incendios en décadas. El avance de la crisis climática y ecológica, con todo lo que eso implica en el aumento de temperatura y cambios más bruscos del clima, produjo que los ecosistemas vean perjudicada su resiliencia, ya que se alteran los equilibrios de los bosques, humedales o selvas que son muy frágiles», aseguró Eyal Weintraub, integrante de Jóvenes Por el Clima.