Reino Unido.- Cerca de 10.000 personas siguen la manía del juego de mascotas en el Reino Unido, según cuenta el documental “Secret Life of the Human Pups”, que explora el fenómeno.
Según Kye, quien tiene a cargo vario cachorros, “Las mujeres que están en el juego para mascotas son, por lo general, en modo gato, ya que se identifican más con los felinos que con los perros”.
El programa también cuenta la triste historia de Tom, de 32 años, un técnico de teatro de Hertforshire, que se separó de su novia debido a su constante deseo de vestirse como un dálmata. Tom cuenta su experiencia: “Simplemente desaparecés, y comenzás a perseguir a otros cachorros. Se mete tan profundamente en tu cabeza, que lo anhelás, lo querés. Es mágico”.
Rachel se separó de Tom porque no podía hacer frente a su alter ego, Spot. “Yo no lo entendía. No quiero entenderlo”, afirma, aunque sigue siendo su amiga.
Tom lleva gastadas en su hábito canino más de 4.000 libras, que incluyen los gastos de su traje de goma (con tubo de respiración incluido), pero que según su dueño “Es bastante difícil de calzar, y requiere una gran cantidad de talco”.
Tom (o Spot, como le gusta ser llamado) fue coronado Mr Puppy UK en noviembre pasado, y espera ansiosamente la final de Mr Puppy Euro en Bélgica.
En su cuenta de Twitter Spot afirma ser propiedad de Colin, cuyo perfil de Twitter lo describe como fanático de “Lycra, Gunge, Pup Play, y BDSM”.
Tom contó en el documental que “Rachel pensaba que me estaba convirtiendo en gay”. Y más tarde admite: “Una parte de mí lamenta haberme convertido en una mascota, ya que perdí todo lo que tenía”.
Mientras que en el programa insisten en que el deseo de vestirse como perros no es sexual, tiene un parecido con el fetiche furries, que son personas que se visten con trajes de animales, y toman el personaje de ese animal.