Entre 20 y 30 familias vienen a Neuquén por día en busca del “sueño americano” y son recibidas con los brazos abiertos, de eso no hay dudas. Pero hay un lado B. Dejando de lado a quienes no consiguen el tan preciado trabajo en el petróleo que vienen a buscar y quedan voyando a la deriva engrosando el porcentaje de desocupación; quienes si acceden a ese objetivo también generan ese lado B.
¿De qué hablo? De los servicios necesarios para brindar una buena calidad de vida. Luz, agua, cloacas, transporte, salud, seguridad, y más se vienen quedando cortos.
Esta semana, como ejemplo, quienes viven en los barrios Provincias Unidas, Santa Genoveva y Sapere se quejaron de que hace más de un mes tienen problemas en la provisión de agua. Desde baja presión hasta corte del servicio por varias horas.
Las comisiones vecinales alegan la construcción de 22 edificios en la zona. Eso genera un consumo de obra considerable; pero pensando a largo plazo son cientos de familias que van a demandar los servicios mencionados más arriba y si ya no se da abasto es natural que preocupe qué va a pasar en el futuro.Desde la municipalidad aclaran ante cada micrófono que se les acerca que la previsión está, que la planificación contempla este crecimiento y que el superávit presupuestario les va a permitir dar las respuestas necesarias.
Habrá que ver si finalmente esto resulta así y la gran capital de la Patagonia está a la altura de las circunstancias.