Buenos Aires.- Tras la convocatoria al diálogo que realizó el presidente Mauricio Macri a la oposición, la CGT, los empresarios y la Iglesia desde la Conferencia Episcopal Argentina, un grupo de obispos encabezados por monseñor Oscar Ojea fijaron esta tarde, desde el Vaticano, dos condicionamientos centrales para el llamado que hizo la Casa Rosada: que la convocatoria no sea rígida sino «abierta» y «transformadora”.
«Se valora la convocatoria al diálogo pero este debe darse bajo condiciones concretas que están contempladas en la Encíclica de Pablo VI y que atañe a que sea un diálogo sencillo, abierto, franco, sin rigidez y que verdaderamente tenga un espíritu transformador», explicó un sacerdote que se encuentra en Roma junto con los 21 obispos de Buenos Aires.
El monseñor Ojea planteó que «el diálogo debe ser lo más amplio posible y con agenda consensuada». Por lo pronto, entre los 10 puntos esgrimidos por el Presidente para la convocatoria al diálogo no figura el tema de la pobreza y la conflictividad social.