La confesión del hijo de un jefe narco

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Santa fe.- «No. Él no le dio al Fantasma, le dio al coso, a (Diego) Demarre», dice uno de los efectivos de la policía de la División Judiciales de la Policía. Ariel Máximo Guille Cantero, uno de los líderes de la banda de los Monos, admite y sonríe con la cabeza. Está esposado en una pequeña sala de la Jefatura de la Policía, luego de entregarse en junio de 2013.

Cantero les pregunta a los policías sobre las pericias balísticas y les cuenta que una vez la policía incautó un arma de su padre Máximo Ariel Cantero, detenido en un carro hace poco más de un mes, con la que «había matado a cuatro con esa pistola y nunca le saltó nada». Y vuelve a sonreir.

Las imágenes tienen relevancia dentro de la madeja judicial que tiene como protagonistas a los Cantero: el líder de la banda de los Monos fue beneficiado por un acuerdo de juicio abreviado que se firmó el 15 de abril pasado, que estableció para 18 miembros de la banda penas más bajas a cambio de que admitiera su culpabilidad como integrantes de una asociación ilícita. Las condenas se rebajaron de tres a nueve años.