Juan Pablo Escobar, hijo del colombiano Pablo Escobar Gaviria, el narcotraficante más importante y sanguinario de la historia, dijo que seguía sintiendo un “amor incondicional” por su padre pero admitió que era un asesino, que financió paramilitares secuestró y mató personas sin ningún límite.
Además reconoció el avance del narcotráfico en la Argentina, consideró que no se va a detener si se sigue prohibiendo el consumo de drogas, negó haber ingresado a nuestro país con un permiso especial de Carlos Menem pero aceptó que Jorge Bergoglio lo autorizó a casarse “al aire libre”. También contó la vida extravagante que llevaban él y su familia: “Estábamos rodeados de millones de dólares en efectivo pero muertos de hambre, literalmente, no teníamos la libertad de salir a comprar comida”.
“Yo no puedo renunciar al amor incondicional que siento por mi padre. Pero su vida estuvo llena de contradicciones. Era un hombre que tenía un alma guerrillera y fundó el primer grupo paramilitar de Colombia. Era un hombre que repudiaba el secuestro y después terminó secuestrando personas. La lección más fuerte que recibí en mi vida es la de (saber) que mi padre no es ni fue inocente”, reconoció Juan Pablo Escobar, quien hace muchos años cambió su nombre por el de Sabastián Marroquín, por temor a las amenazas y los atentados.
Escobar reveló que toda la fortuna de su padre que pudieron recuperar la usaron para pagarle a los cárteles enemigos, como el Cartel de Cali, como la única salida para “lograr la paz”.
La idea de que la familia de Escobar Gaviria todavía cuenta con miles de millones de dólares provenientes del narcotráfico “es una pregunta que yo también me hago, igual que el resto del mundo y para responderla he dedicado un capítulo entero del libro que se llama ¿Dónde está la plata?”, explicó el hijo de Pablo Escobar.