Ghana.- El indio Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como el Mahatma Ghandi, pasó a la inmortalidad como uno de los grandes líderes pacifistas del siglo XX y reverenciado como tal en todo el mundo. O casi. En Ghana, entre otros lugares del África, muchos lo ven como un racista que despreciaba a los negros.
En junio pasado, durante una gira por ese continente, el presidente indio Pranab Mukherjee obsequió una estatua del líder indio que descubrió él mismo en el campus de la Universidad de Ghana en Accra. La estatua, que debía ser un símbolo de la amistad entre ambos países, se convirtió en un «cachetazo en la cara», según la descripción de uno de los promotores de la campaña para que fuese retirada.
Con los hashtags #GandhiMustFall y #GandhiForComeDown, estudiantes y ghaneses en general presionaron en las redes sociales para que la estatua fuese quitada. Una petición online sumó más de 1.500 firmas. Hasta que, este miércoles, el canciller ghanés anunció que la estatua será reubicada en otro sitio para su preservación.
Ghandi, reverenciado en India y en buena parte del mundo por sus movimiento pacífico contra el colonialismo en su país, llegó como un joven abogado a trabajar a Sudáfrica a fines de los siglo XIX. Allí quedaron documentados sus escritos en los que describía a los negros como «salvajes» y «kaffir» (una manera insultante de referirse a los negros en África). Su nieto, Rabjnohan Gandhi, admitió que su abuelo había sido «ignorante y prejuicioso»en su juventud, pero después había corregido su visión.
Sin embargo, no es la primera vez que una estatua de Ghandi causa controversia en el continente. El año pasado, una estatua suya en Johanesburgo fue vandalizada.
El canciller ghanés reconoció que Ghandi puede «haber tenido sus fallas» en su juventud, pero pidió una visión más completa sobre el líder indio que «demostró ampliamente que la gente puede evolucionar». Sin embargo, anunció que la estatua será removida «para su seguridad y evitar controversias».