Washington / La Habana.- Después de más de medio siglo de alta tensión, la relación de Cuba y Estados Unidos comienza hoy una nueva etapa, con la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de comenzar un diálogo, una iniciativa que su par en la isla comunista, Raúl Castro, acogió después de meses de negociaciones, en las que tuvo un importante papel el papa Francisco.
Obama y Castro hablaron a sus países de manera casi simultánea al mediodía de sus capitales (14 en la Argentina) y confirmaron, después de horas de trascendidos, que los dos países han acordado reanudar las relaciones diplomáticas e iniciar vínculos económicos y de viajes.
«Hemos acordado el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Proponemos al gobierno de Estados Unidos adoptar medidas mutuas para mejorar el clima y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países basados en los principios del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas», dijo Castro en cadena nacional, y subrayó que «esta decisión del presidente Obama merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo».
«Esto no quiere decir que lo principal se haya resulto. El bloqueo económico, comercial y financiero [impuesto por Estados Unidos en 1960] que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar», exigió, y remarcó que el Obama tiene «facultades ejecutivas» para terminar con uno de los mayores obstáculos en la relación bilateral.
Al mismo tiempo, desde la Casa Blanca, Obama lanzó: «Hoy vamos a renovar nuestro liderazgo en el continente americano. Vamos a levar las anclas del pasado porque es necesario alcanzar un futuro mejor: para nuestros intereses nacionales, para las personas que viven en Estados Unidos y para el pueblo cubano». Además, prometió que examinará con el Congreso la posibilidad de poner fin al embargo a Cuba, vigente desde 1960, al asegurar que «estos 50 años mostraron que el aislamiento no funcionó».
Los dos mandatarios hablaron ayer por teléfono durante 45 minutos, hacia el final de más de un año de conversaciones secretas entre funcionarios estadounidenses y cubanos en el Vaticano. Fuentes en Estados Unidos dijeron que el papa Francisco particpó personalmente en el proceso y envió cartas por separado a Obama y Castro a mediados de año en las cuales los exhortó a reanudar las relaciones.
Uno de los puntos del acuerdo se concretó esta mañana: el intercambio de prisioneros. Como consecuencia, los tres espías cubanos condenados en 2001 en Florida que seguían en prisión, Luis Medina, Gerardo Hernández y Antonio Guerrero, volvieron hoy a Cuba, mientras que La Habana liberó al empresario Adam Gross, contratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), y a un «agente» de origen cubano que, según Castro, trabajaba para la Casa Blanca.
(Fuente: La Nación)