Río Negro.- Ayer a la noche, Deportivo Roca y Ferro de General Pico empataron 1 a 1. El tanto no le sumó al equipo rionegrino y podría perder la categoría.
Tras el partido, los jugadores del Naranja se trenzaron con la terna arbitral y la Policía. El equipo reclamó las decisiones del árbitro Jonathan Correa, que entre otras determinaciones pitó un penal a favor del conjunto pampeano.
Además de los jugadores, gran parte del plantel también mostró su bronca por el accionar de Correa.
Todo terminó con la intervención de los uniformados, que golpearon al grupo roquense y lanzaron gases para disipar el estadio.