Buenos Aires.- La venta de Ramiro Funes Mori a Everton , de Inglaterra, es el fiel reflejo de esa ecuación entre la gloria y el renovado interés que despertaron los millonarios. El defensor se marchará a la Premier League a cambio de 7.841.000 dólares, una cifra irresistible para la tesorería, una baja dolorosa para el Muñeco, el entrenador que eligió al mendocino por sobre el colombiano Álvarez tomó las riendas, una apuesta que refrendó el ojo clínico del entrenador. Una ausencia significativa con miras al Mundial de Clubes, de Japón, el gran desafío del semestre.
La política del presidente D’Onofrio de no desmantelar el plantel antes del Mundial de Clubes no resistió ante la tentadora oferta que llegó desde Inglaterra. El lamento del técnico Gallardo es porque se desprotege un puesto en el que el plantel se quedó sin recambio, después de la partida de Germán Pezzella a Betis, de España, una transacción que a River le dejó 2.250.000 euros, por la mitad del pase. El zaguero se sumó al colombiano Teófilo Gutiérrez, que era, hasta ahora, la última figura en dejar el grupo. El díscolo atacante se marchó a Sporting de Lisboa y a River le correspondieron 1.700.000 euros, ya que era dueño de la mitad del pase.
La lista de jugadores que dejaron el plantel en el último mercado de pases se engrosa con Ariel Rojas (con el pases en su poder firmó con Cruz Azul, de México); Osmar Ferreyra y Bruno Urribarri fueron dejados en libertad de acción, mientras que los juveniles Giovanni Simeone y Tomás Martínez fueron cedidos a préstamo. El goleador, a Banfield, con una opción de compra de 8 millones de dólares; el volante, a Tenerife, de España, en una operación que se hizo sin cargo y sin opción.
River recuperó su esplendor y sus días de gloria deportiva, pero también redescubrió que es la vidriera más importante de América y ya empieza a extrañar a jugadores relevantes.