Reino Unido.- El 24 de noviembre de 1991, pocas horas después de revelar públicamente que padecía Sida, murió a los 45 años en su casa de Londres Freddie Mercury, el artista que corrió todos los límites musicales y visuales dentro del rock.
Dueño de una potente voz y con un arrollador despliegue de energía sobre el escenario, Mercury puso en funcionamiento una teatralidad que, por un lado evitó enrolarse dentro de la movida glam imperante en la primera parte de los `70, pero a la vez se apoyó en ese concepto de ambigüedad para postular un nuevo modelo de frontman.
Fredd acercó a las masas el canto lírico, lo que le valió la aceptación musical de sectores de escasa cultura rockera y operística.
También lanzó algunos guiños a la comunidad gay, como el hecho de nombrar a su banda -Queen- con el apelativo con que se llamaban los individuos en ese ámbito, el uso de ropa de cuero y tachas tan comunes en los clandestinos bares en donde se reunía este colectivo o el grueso bigote tan icónico en este submundo.
La Reina en Argentina
La llegada de Queen a la Argentina en 1981 marcó un antes y un después. El grupo más importante en aquella época llegaba con todos sus equipos para sorprender con sus shows en la ciudad de Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata.
El 28 de febrero, 3 y 8 de marzo, la banda actuó en Buenos Aires. En Mar del Plata ocurrió el 4 de marzo en el estadio Mundialista y el 6 en Rosario en el Gigante de Arroyito.
El corte de pelo de Freddie Mercury
Miguel Romano, reconocido estilista argentino, recibió por aquellos días un pedido especial: Cortarle el pelo a Mercury.
«Fue en el hotel Sheraton. Una persona encantadora, muy cordial. No hablamos mucho, pero siempre se mostró muy simpático. Estaba la traductora que nos ayudó un poco y el baterista de la banda», dijo el peluquero a medios televisivos.