Desde 2014 Neuquén marcó tendencia legislación tendiente al cuidado del ambiente al prohibir la entrega de bolsas plásticas en comercios. Al principio parecía que iba a ser de difícil cumplimiento pero con el tiempo se instaló el hábito de llevar bolsas reutilizables. Esta práctica se fue flexibilizando en los comercios minoristas y hoy no es raro que una librería, mercería o kiosco entregue bolsas de polietileno.
Luego llegó la ordenanza que prohíbe la entrega de envases y vajilla de un solo uso. En 2020 se aprobó la ordenanza que prohíbe el uso y entrega, en todos los establecimientos comerciales y públicos, de vasos, sorbetes, revolvedores, platos y cubiertos plásticos de un solo uso.
Esto no se terminó de aplicar del todo, o por lo menos en toda la ciudad. Consultadas fuentes municipales aseguraron que en los carritos del Paseo de la Costa y los que están sobre la avenida Olascoaga sí se hacen. ¿Y el resto de la ciudad?
Es muy deficiente el control del cumplimiento de estas ordenanzas. Tan es así que, Camilo Echeverría, concejal del FRIN, va a presentar un pedido de informes para presionar sobre el tema.
Más teniendo en cuenta que en julio de este año debe ponerse en vigencia otra ordenanza que prohíbe el uso de envoltorios plásticos -papel film, bandeja y red plástica- en todas las frutas, verduras y hortalizas cuya cáscara actúe como protección natural, en comercios y supermercados de la ciudad.
La conclusión es que de nada sirve elaborar políticas públicas tendientes a cuidar el ambiente si no viene de la mano de un fuerte control y, de ser necesario, posterior sanción por parte del ejecutivo municipal.