La política en Neuquén se vio atravesada por una situación entre insólita y escandalosa. Los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial) presentaron un proyecto de ley que le quita 1,5 % del presupuesto a la legislatura para, supuestamente, aportarlo a la justicia.
Rápidos de reflejos desde ANEL, el gremio legislativo, salieron a poner el grito en el cielo para que no se toque ninguno de los derechos laborales de los que gozan. Bajo el argumento de defensa de la independencia de poderes el gremio hizo retención de tareas y ruidosas manifestaciones.
El proyecto dirigido al presidente de la Legislatura, Marcos Koopman, fue firmado por él (raro, se manda nota a sí mismo), por el gobernador Omar Gutiérrez y la presidenta del TSJ Soledad Gennari.
Párrafo aparte merece la institucionalidad del Tribunal de Justicia. El proyecto ingresó por mesa de entradas en la legislatura a las 13,41 del 13 de septiembre, pero fue puesto a consideración de las autoridades el Poder Judicial a las 19 del mismo día. O sea, lo firmó Gennari y después les avisó a sus colegas que finalmente ratificaron la decisión.
Las especulaciones brotan como un manantial de agua fresca. El aporte nivelador de retraer 1,5% de presupuesto Legislatura, es una gota que no impacta demasiado en el mar de las cuentas del Poder Judicial. A eso hay que sumarle otro 1,5% que provendrá del poder ejecutivo.
Pero sí impacta (tampoco tantísimo) en los fondos disponibles en la legislatura; institución que va a presidir Gloria Ruiz quien tuvo su primer round con el gobernador electo en las elecciones de Plottier. Tal vez, esto es pura hipótesis, haya una intención de marcarle la cancha a Ruiz, de mostrarle quién tiene más poder.
Pareciera que lo mismo por lo que Figueroa convocó a Ruiz; su fuerza, sus críticas, su poco apego a las formalidades políticas; es lo que hoy preocupa.