El contrato de concesión entre el ejecutivo municipal y el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) se firmó en enero del 2020 con bombos y platillos. Se avizoraba el fin de una eterna discusión entre el gobierno municipal de Horacio Quiroga y el del MPN en la provincia que dejaba de rehenes a los usuarios y usuarias.
Ese documento necesita la aprobación del cuerpo legislativo municipal y entró en la comisión de Servicios Públicos donde duerme el sueño de los justos. La respuesta, repetida hasta el cansancio, ante la pregunta de cuándo se va a tratar fue que estaba supeditado a la creación de un Ente Regulador de los Servicios Públicos.
La creación del ente fue propuesta por Gaido al inicio de las sesiones del 2020, y hasta la semana pasada estaba en el orden del día de la comisión de Servicios Públicos, sin embargo, en la última reunión desapareció.
Desde la oposición cuestionaron duramente esa medida. “Anula una discusión fundamental en la ciudad y deja en una situación de desprotección a vecinas y vecinos” dijo Ana Servidio del Frente de todos. «La decisión del MPN le niega a la ciudad una herramienta fundamental para mejorar la calidad de los servicios públicos, manteniendo a las vecinas y vecinos como rehenes de prestaciones de mala calidad a costos altísimos» señaló Cecilia Maletti de LIBRES.
En tanto desde el oficialismo no hubo comunicación formal de los motivos por los que tomó esa decisión. En los pasillos del Concejo Deliberante dijeron que la explicación fue «que implica una nueva estructura y no hace falta en este momento».
Otra vez queda el debate por el servicio del EPAS en una nebulosa de la que los mayores perjudicados son los vecinos y vecinas de la ciudad.