Bonavena, porteño, canchero, guapo, excéntrico, era un boxeador que buscaba llegar al título mundial en una época dominada por los púgiles norteamericanos. El 7 de diciembre de 1970 se encontraba ante una oportunidad única de mostrarse al mundo porque enfrente tenía al magnífico Cassius Clay, más conocido como Muhamad Alí.
En la previa de la pelea, Ringo lo volvió loco durante la conferencia de prensa previa al pleito al llamarlo en reiteradas ocasiones “gallina”, haciendo alusión a la negativa del norteamericano de sumarse al ejército de su país. Alí, muy ofuscado, había prometido noquearlo en el noveno round, pero esa profecía nunca se cumplió.
Bonavena peleó como un gladiador y recién se fue a la lona en el último round, el 15, cuando su deseo de ganar la pelea pudo más que la estrategia de no descuidarse y ese error le permitió a su rival encontrar el hueco para voltearlo.
La pelea tuvo el pico de rating más alto de la historia de la televisión argentina (79.3 puntos), que recién fue superado por la semifinal del Mundial de fútbol de 1990, cuando Argentina venció a Italia en los penales (82 puntos). Ese día Ringo también se ganó el respeto de Alí, que lo felicitó tras la pelea y la admiración de todos los argentinos.