En la escena se ve a Kowen entrar al baño dándole besos al pescado. Cuando le preguntan ¿Dónde lo vas a dejar?, el responde que en el inodoro. El niño se acercó al sanitario, puso a su pececito a flotar y soltó el agua.
Su mascota desapareció en medio del remolino, y Kowen estalló en llanto. El funeral había terminado, pero ahí estaba mamá para abrazarlo.
Brooke Geherman publicó el video en internet, donde está a punto de alcanzar un millón de reproducciones.