Un equipo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon desarrolló el primer brazo robótico controlado por la mente capaz de rastrear y seguir continuamente el cursor de una computadora.
Un gran desafío en la investigación era desarrollar una tecnología no invasiva, que permitiera a los pacientes controlar su entorno o extremidades robóticas utilizando sus propios «pensamientos».
«Han habido grandes avances en los dispositivos robóticos controlados que usan implantes cerebrales. Los avances en la decodificación neuronal y la utilidad práctica del control robótico no invasivo del brazo tendrán implicaciones importantes en el desarrollo eventual de neurorobóticos no invasivos», dijeron los expertos.