Estados Unidos.- Cuando los investigadores en China se pusieron a analizar los datos de los pacientes con COVID-19, notaron una coincidencia extraña: muy pocos de los enfermos usaban normalmente anteojos.
En un hospital de la ciudad china de Suizhou, de los 276 pacientes ingresados durante un periodo de 47 días, apenas 16 enfermos -menos del 6%- sufrían de miopía o alguna afección de la vista que los obligara a usar anteojos más de 8 horas por día.
«El uso de anteojos es muy común entre los chinos de todas las edades», escriben los autores en su estudio. «Sin embargo, desde el brote en Wuhan, en diciembre de 2019, observamos que en el hospital ingresaron muy pocos pacientes que usan anteojos», agregaron.
La observación «podría ser una evidencia preliminar de que las personas que usan anteojos son menos susceptibles al contagio», especulan los autores.
De todos modos, los expertos prefieren no apresurar conclusiones ni recomendar que la gente, además del barbijo, use algún elemento de protección para los ojos.
Una posible respuesta es que los anteojos actúen como una barrera parcial, protegiendo los ojos de las salpicaduras de una tos o un estornudo. Otra explicación del hallazgo podría ser que las personas que usan anteojos tienen menos probabilidades de frotarse los ojos con las manos contaminadas.
Fuente The New York Times