Antes que nada, hay que evitar que la exposición en exceso al sol y al calor afecten la salud de la población en general, y sobre todo la de los bebés y niños pequeños, embarazadas, mayores de 65 años y quienes padecen enfermedades crónicas, respiratorias o cardíacas, hipertensión arterial, obesidad y/o diabetes, quienes pueden resultar más afectados.
Es importante para evitar los golpes de calor:
– Permanecer en lugares frescos y ventilados, asegurar una buena hidratación con agua apta para el consumo, abundante durante todo el día (2 a 3 litros).
-Reducir la actividad física.
-No exponerse al sol durante las 9 y las 16 horas.
– Protegerse del sol usando gorro o sombrilla.
-Utilizar protector solar UVA Y UVB factor 50 o más, reponiéndolo cada 2 horas.
– Elegir colores claros para la vestimenta, ya que los colores oscuros absorben el calor por radiación solar.
En el caso de los bebés:
-Darles el pecho con mayor frecuencia.
-Mojarles el cuerpo frecuentemente.
– A los mayores de 6 meses, darles agua fresca apta para el consumo.
-Mantener a los niños menores de 1 año a la sombra, y nunca exponer a los bebés menores de 6 meses al sol, ni siquiera con protector solar.