Capital Federal.- Ricardo Centurión se convirtió en uno de los pilares del Boca campeón de Guillermo Barros Schelotto. Aportó verticalidad, desequilibrio individual y vértigo al ataque del conjunto xeneize y, junto a Darío Benedetto, pudo consolidarse como uno de los artífices del título, con su aporte en los metros finales del campo de juego.
Sin embargo, su continuidad en la institución aún no está asegurada. Al respecto, el delantero declaró: «Mi deseo es seguir en esta familia pero no depende de mí. Ojalá que las dos partes den lo mejor y yo pueda seguir en este club que quiero». Su préstamo vence el 30 de junio y, de no mediar intervención alguna por parte de Boca, Centurión deberá regresar al San Pablo, club dueño de su pase.
Las alternativas que baraja la comisión directiva encabezada por Daniel Angelici son dos: Hacer uso de la opción de compra, por un monto de seis millones de dólares; o intentar renovar el préstamo hasta fin de año, aunque con la pérdida de prioridad en caso de fichaje.
De todos modos, los inconvenientes de Centurión no se limitan a la falta de confirmación de su continuidad en Boca. A fines de mayo fue denunciado por violencia de género por parte de su ex novia, Melisa Tozzi, a quien desde la Comisaría de la mujer de Quilmes le entregaron un botón antipánico. Además, el juez de la causa había emitido una orden de restricción perimetral para el futbolista y el abogado de su ex pareja, Diego Storto, había presentado un pedido formal de detención para el jugador.
Centurión, durante los festejos, decidió aludir a estas cuestiones aún cuando no había sido consultado: «Se metieron con mi vida privada, me dolió pero traté de hacer oídos sordos. El hincha supo separar lo personal de lo profesional y eso me deja contento».