La búsqueda de los tres barilochenses perdidos en el océano Atlántico, Raúl Enríquez, su hijo Pablo y Raúl Echevarría, finalmente se activó a través de una alerta internacional emitida por la Cancillería Argentina.
Esta tarde se confirmó la decisión. Nélida Mihailov, esposa de Raúl y madre de Pablo Enríquez dijo que «es un alivio» y que esa medida era la reclamada por la familia para que se dé aviso a los países de la zona del Caribe y del Mediterráneo.
Esta mañana Mihailov señaló que se «dependía de Cancillería» para que la búsqueda sea conocida por todos los países y llegue al conocimiento de las embarcaciones que naveguen por la zona donde fueron registrados por última vez el 26 de julio, en el Triángulo de las Bermudas.
La mujer aclaró que salió a los medios de comunicación 89 días después de la última comunicación para «abrir puertas» y no para entorpecer el trabajo de la Cancillería que hasta el momento solo avanzó con tramitaciones formales. «Quiero abrir puerta no quiero entorpecer la labor de Cancillería», dijo.
En tal sentido sostuvo que la difusión pública del extravío mejoró la comunicación en redes sociales. En la página de Facebook «Maratonga missing desaparecido» se recibieron nuevas respuestas de aliento y algunas menos optimistas que advierten sobre la existencia de piratas y traficantes que captan embarcaciones turísticas.
La travesía comenzó en Cartagena de Indias (Colombia) con cinco tripulantes, en los primeros días de abril, siguió por el Mar Caribe hasta Costa Rica y tuvo un paso forzado por Cuba para reparar una vela y otros desperfectos de la embarcación.
La mujer señaló que en Cuba demoraron un mes y el matrimonio que los acompañaba decidió volver por problemas de tiempo y trabajo. «Estoy alarmada porque son personas muy duchas en la navegación y seguro pasa algo por lo cual no pueden comunicarse y han perdido la propulsión», sostuvo conteniendo cierta angustia.
Mihailov relató que los desaparecidos «llevan tres años preparándose para este viaje, mi marido estudio astronomía para guiarse por las estrellas si fallaba el instrumental». En la última comunicación sostenida, los navegantes les indicaron que habían tocado puerto en Virginia, en la costa norte de Estados Unidos y había virado hacia el este en línea recta hacia las Azores.
Finalmente, la familia Enríquez reclama la intervención de la justicia federal para que solicite a Skype información sobre el alerta amarillo que se encendió el 7 de octubre en la cuenta de su hijo, Pablo, ya que la consulta realizada por ellos a la empresa fue infructuosa.