El clásico del Río de la Plata tuvo como condimento especial la disputa del pasaje a los Juegos Olímpicos del próximo año. La goleada que le propinó Colombia a Brasil en la previa calentó el choque, dado que Uruguay se presentó en el Centenario con la obligación de ganar para no quedar afuera de Río 2016.
En cambio, como a la Argentina le servía sólo un punto para lograr la consagración del Sudamericano Sub 20, Humberto Grondona formó un equipo compuesto por cinco defensores centrales, una apuesta tan arriesgada como poco habitual.
A pesar de la presión ejercida por el combinado charrúa, una individualidad de Ángel Correa le dio la posibilidad a Sebastián Driussi de romper el marcador, pero el disparo del delantero de River fue tan débil que no le generó ningún inconveniente a Guruceaga. Fue una advertencia que hizo reaccionar al dueño de casa.
Las proyecciones de Mathías Suárez por el sector izquierdo fueron los argumentos más sólidos para acercarse al arco defendido por Augusto Batalla. Por esa misma zona una extraordinaria maniobra de Amaral dejó de rodillas a Tiago Casasola para enviar un buscapié que capitalizó Gastón Pereiro. Con el 1 a 0 la fiesta se teñía de Celeste.
Sin embargo, antes de llegar al descanso, los criollos encontraron el empate que les permitió soñar con las playas de Copacabana. La calidad de Correa, el sacrificio de Casasola y el oportunismo de Driussi conformaron la fórmula del éxito para enmudecer al mítico estadio de Montevideo.
En el comienzo del complemento, una notable pelota de Tomás Martínez hacia Giovanni Simeone dejó al atacante mano a mano frente al arquero, pero la escasa efectividad del «Cholito» mantuvo con vida al elenco de Fabián Coito.
De todos modos, cuando Uruguay invadía el área visitante a puro pelotazo, la jerarquía del ex San Lorenzo terminó con la ilusión oriental. Gambetas, giros y una definición rasante fueron las obras que representó Correa para imponer el 2 a 1, sellar la clasificación a la cita olímpica y coronar un campeonato luego de 12 años. Tras la gesta conseguida en Sudamérica, las esperanzas de repetir la gloria se trasladarán a Brasil, con escala previa en Nueva Zelanda.
Sostenido por el juego de Correa, los goles de Simeone, las grandes atajadas de Batalla y la solidez de sus defensores, la Argentina logró conseguir un título que no se le daba desde hace 12 años.
Argentina, con la victoria, finalizó el torneo con 13 unidades; seguida por Colombia (hoy goleó a Brasil por 3-0 y accedió a un repechaje con un seleccionado de la Concacaf para ir a Río de Janeiro 2016) con 9; Uruguay con 8; Brasil con 7 (los cuatro ya estaban clasificados para la Copa del Mundo); Perú 3; y Paraguay 1.
Y ahora, en el Mundial en Nueva Zelanda desde el 30 de mayo, irá en búsqueda de su séptimo título ecuménico en la categoría Sub 20 después de haber sido campeón en 1979, 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007.