El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) volvió a apelar a su máxima brutalidad. Fiel a su estilo, el grupo terrorista lanzó desde un edificio a un joven, acusado de ser homosexual.
El hombre, cuya identidad no fue divulgada, había sido acusado de «sodomía», de acuerdo a fuentes locales.
Para ISIS el joven cometió un «crimen», por lo que fue condenado a ser lanzado al precipicio desde la parte superior de un edificio de cinco pisos.
La ejecución se llevó a cabo en la provincia de Manbij, en Alepo.