Brasil.- Todo arrancó con el asesinato de Samuel Wesley Cosmo, un policía militar que recibió un disparo durante un patrullaje rutinario.
A raíz de ese hecho lamentable, el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, prometió que los responsables del ataque serían detenidos y sancionados y se lanzó un operativo en la ciudad de Santos a principios del mes pasado.
Pero, según varias denuncias, la policía fue más allá del protocolo establecido en el operativo: hubo intimidaciones, amenazas, torturas y 39 muertos.
Así, las denuncias contra la Policía de Brasil por violaciones de derechos humanos en una operación que se lleva a cabo desde febrero en el litoral de Sao Paulo se multiplican: en los últimos días, los familiares de las víctimas denunciaron a la prensa intimidaciones por parte de los agentes policiales, que llegaron a presentarse en funerales y entierros para presionar para que no denuncien.