Argentina.- Ocupan un lugar cada vez más importante en las góndolas argentinas. En los grandes supermercados los colocan entre los yogures y las leches, pero no son ninguna de las dos cosas.
Con la crisis de los últimos años y la alta inflación, su presencia va en ascenso. Las llaman Bebidas Lácteas, se las puede ver con el rótulo de «Bebibles» ofreciendo distintos sabores, y son, mas bien, un producto de muy baja calidad nutricional.
Nadie o casi nadie las elige por voluntad. La primera razón de su venta a bajo precio. La segunda, la confusión de los consumidores que creen estar comprando un yogur pero están lejos de serlo.
«Las Bebidas Lácteas» se venden en sachets y tetrabricks de un litro y de 250 cc. Con una calculada semejanza, se las encuentra con sabor a vainilla, frutilla, banana y multivitaminas.
En letras grandes dicen «Bebible» y algunas marcas le incluyen la leyenda «nutrición reforzada».
El modo de presentación es clave. En los envases de los Bebibles se promociona en letras grandes la presencia de vitaminas. Mucho más pequeño, un letrero aclara: “No es sustituto de la leche”. Nunca aparece la palabra “yogur”.