Rosario.- Ayer murió un chico de 12 años, que hacía de custodio en un búnker de de drogas en el barrio «Ludueña». Tres balazos, uno de ellos en el ojo, dieron muerte al pequeño que había nacido en Chaco y que junto a su familia se había trasladado a la ciudad en busca de una vida mejor.
Todo ocurrió alrededor de las 22.30, en una casa deshabitada ubicada en la calle Magallanes 354 bis, donde funcionaba el «quiosco» narco. En la terraza de la propiedad estaba Rolando Adrián Mansilla, el pequeño «custodio». Contaba con un colchón, un brasero y un revólver. Oyó disparos, posiblemente efectuados para llamar su atención. Cuando se asomó para ver qué pasaba, recibió un tiro en el ojo izquierdo y dos en las piernas. Eran dos sujetos a bordo de una moto. La muerte llegó instantánea.
Adrián trató de defenderse, pero posiblemente el propio peso del arma y su inexperiencia para disparar le jugaron una mala pasada. Su único tiro dio en el auto de un vecino.
El búnker donde murió el chico había sido allanado en varias oportunidades. Una de ellas ocurrió en 2014, en un operativo de la Prefectura Naval que incluyó la presencia del secretario de Seguridad, Sergio Berni.
En el lugar los policías encontraron al pequeño cuerpo aferrado a una bomba tipo molotov. Había también un bidón de nafta y varias vainas servidas calibre 22.
El padre de la víctima, un hombre de 34 años, declaró en la comisaría que desconocía por qué su hijo estaba en ese lugar. Las actuaciones sumariales se encuentran a cargo de la comisaría 12, con intervención de la fiscal Fabro, de la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos de los tribunales provinciales de esta ciudad.