En una entrevista en el programa Mañanas en Red, el consultor especializado en el sector energético, Juan José Carvajal, detalló las perspectivas que abre el acuerdo entre Argentina y Brasil para la exportación de gas natural desde Vaca Muerta a partir de 2025. El acuerdo, que fue firmado como un memorando de entendimiento entre ambos países, busca consolidar a Argentina como un proveedor clave para la industria brasilera, en reemplazo gradual de Bolivia.
Según Carvajal, este paso no es un hecho aislado, sino parte de un proceso que viene desarrollándose durante los últimos años. “Argentina va a ser un proveedor de gas natural para Brasil, especialmente para la industria paulista, mediante diversas rutas de evacuación», explicó Carvajal. Este acuerdo abre nuevas oportunidades para el desarrollo de Vaca Muerta, el principal yacimiento de gas y petróleo no convencional del país, que aún no ha alcanzado su plena capacidad de producción.
El proceso de exportación no será inmediato, ya que, como señaló Carvajal, se comenzará con una cantidad moderada de gas: “Se empezará con dos millones de metros cúbicos por día, pero la meta es llegar a 20 millones en el mediano plazo”. Esto implica una ampliación significativa de la infraestructura, tanto en Argentina como en Brasil, con el objetivo de asegurar la capacidad de transporte necesaria. A este respecto, Carvajal mencionó la importancia de las obras realizadas en los últimos años, como el gasoducto Néstor Kirchner y la reversión del gasoducto norte, aunque también destacó que aún persisten desafíos.
“El gobierno ha frenado algunas obras clave, como la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner. Es necesario seguir ampliando la red de gasoductos para satisfacer la demanda futura», expresó el experto. Las obras necesarias incluyen nuevos loops y ampliaciones de los gasoductos existentes, además de considerar soluciones alternativas, como la construcción de plantas de licuefacción para exportar gas por vía marítima.
Uno de los puntos más delicados del acuerdo es el impacto económico en el mercado interno. Carvajal subrayó que uno de los principales reclamos de las empresas es la «libertad cambiaria» para facilitar la llegada de inversiones extranjeras, ya que actualmente el mercado argentino sigue afectado por restricciones cambiarias.
“A pesar de los avances con la ley de bases y el RIGI, el mercado sigue siendo limitado por el control de cambio, lo que afecta la llegada de grandes inversiones extranjeras”, señaló Carvajal. Las inversiones locales han sido clave hasta el momento para la expansión de la infraestructura de Vaca Muerta, pero el experto advirtió que, para alcanzar su verdadero potencial, es fundamental desbloquear las barreras macroeconómicas.
Otro de los retos que se vislumbran es el costo del gas. Si bien el acuerdo con Brasil establece que el gas argentino será competitivo con precios de 2 dólares por millón de BTU, el gas destinado al mercado interno se vende a precios más altos. “Esto podría generar tensiones internas, ya que el gas interno podría ser más caro que el que se exporta», analizó Carvajal, quien sugirió que este desequilibrio podría impactar en la economía local.
Pese a los desafíos, Carvajal concluyó su intervención con una nota optimista. En el último año, Argentina ha experimentado un superávit comercial energético, algo que no ocurría desde hace más de 15 años, gracias a las exportaciones de petróleo crudo, gas natural y energía eléctrica. Este superávit, que alcanzaría los 5.000 millones de dólares, marca un hito en la política energética del país.
“La energía está comenzando a generar soluciones económicas. Vaca Muerta y las energías renovables tienen el potencial de convertirse en una fuente crucial de divisas, si continuamos con este proceso de expansión», afirmó Carvajal.
Aunque el camino hacia un desarrollo pleno de Vaca Muerta y una integración energética con Brasil es largo y lleno de obstáculos, el acuerdo de exportación de gas marca un paso importante hacia un futuro más competitivo para Argentina en el mercado global de la energía.
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