El 1° de agosto, hace ya un mes, fue denunciada la desaparición de Santiago Maldonado, tras haber sido visto por última vez en el desalojo realizado por Gendarmería de una protesta mapuche en la provincia de Chubut.
En el día de ayer, la fiscal de Esquel, Silvina Avila, afirmó que no se encontraron pruebas de la participación de Gendarmería en su desaparición. Sin embrago, la principal hipótesis apunta a la participación de dicha fuerza. Otras hipótesis que se investigan apuntan a establecer si Maldonado podría estar en Chile.
Algunos datos sobre la causa:
Según su familia y amigos, Santiago es mochilero. En enero viajó al vecino país y estuvo recorriendo la isla de Chiloé e interiorizándose sobre la problemática de los pescadores artesanales allí. En abril se instaló en El Bolsón. Migraciones no registra su salida del país, pero sí la entrada por el Paso Samoré, con lo cual se presume que utilizó un paso migratorio clandestino.
Se desconoce por qué Maldonado utilizaba dos celulares argentinos. El primero registra actividad hasta el 21 de julio, y el segundo, que utilizaba para comunicarse con su familia, hasta el 27 de julio. La familia indica que también usaba otra línea chilena por motivos profesionales.
Sobre quien lo vio por última vez, en las dos causas, un hábeas corpus y una denuncia por desaparición forzada, una testigo reservada declaró que lo vio por última vez el 1º de agosto huyendo de la Gendarmería hacia el río Chubut. Otros dos testimonios informales, sin relevancia probatoria, aportados por compañeros encapuchados, aseguran que lo vieron por última vez el 1 de agosto al mediodía cuando gendarmes lo detenían a orillas del río Chubut.