Aunque comenzó el año con la intención de reducir los subsidios a la energía, uno de los principales lastres de las cuentas públicas, el Gobierno terminará 2014 con la receta opuesta. Por temor al desplome en la actividad petrolera debido a la caída en el precio internacional del crudo, les dará a las empresas un estímulo para que mantengan la producción.
La iniciativa es considerada, por lo menos, curiosa, dado que en ese grupo se encuentran algunas de las compañías más poderosas del país, ya sean locales, como la estatal YPF, o extranjeras, como la norteamericana Chevron, la francesa Total o la brasileña Petrobras, para mencionar algunas.
A principios de esta semana, el ministro de Economía, Axel Kicillof, comunicó la decisión a las empresas, las provincias y los sindicatos en el marco del acuerdo para bajar 5% los combustibles y el precio del petróleo en el mercado interno a partir del 1° de enero.
El propósito es transferirles a las compañías que sostengan o aumenten la producción hasta 3 dólares por barril de petróleo que produzcan, a modo de antídoto contra la parálisis en las inversiones en el sector que suele acompañar a las caídas en los precios internacionales. También recibirán el subsidio las que sostengan o incrementen las exportaciones, una de las pocas vías por las que entran dólares a la Argentina.
Aunque las petroleras están de acuerdo con el beneficio, les será difícil hacerse de él. Sucede que muy pocas mostraron en los últimos meses condiciones para aumentar la oferta nacional de petróleo, en el contexto de una caída global del sector.
Sólo YPF y Pan American Energy (PAE), de los hermanos Bulgheroni, la china Cnooc y la británica BP, registraron un incremento importante hasta octubre, según un informe del Instituto General Mosconi. «El resto de los operadores mantiene una pronunciada tendencia decreciente», explica el trabajo.
La producción de petróleo disminuyó 1,6% en octubre pasado con respecto al mismo período del año anterior, mientras que en los últimos 12 meses acumula una baja de 1,1 por ciento. Es lo que intenta cambiar el Gobierno a través del nuevo subsidio al sector.
Frente a empresarios y en conferencia de prensa, Kicillof presentó la medida como un programa de estímulo a la producción y exportación de petróleo. «No podemos darnos el lujo de dar un paso adelante y volver a dar dos pasos atrás por una cuestión internacional», justificó.
Preocupación oficial
La idea surgió de discusiones entre Economía y ejecutivos de YPF, que conduce Miguel Galuccio. Kicillof y su equipo terminarán de definir los detalles en los próximos días. También están previstas reuniones entre funcionarios y empresarios (algunos ejecutivos aún no están del todo convencidos con la propuesta oficial) para avanzar en el tema.
Aunque será oneroso para el Estado, Economía parece haber hecho varias cuentas. Sucede que junto con la caída de los valores del petróleo en el mundo, también bajaron los combustibles que la Argentina importa, como el fueloil, el gasoil y el gas natural licuado (GNL), que le reportarán al Gobierno un ahorro el año próximo. Una porción de él se destinará a estimular los planes de inversión de las petroleras públicas y privadas.
Economía copió el formato del subsidio al petróleo de un programa similar que utilizó para apuntalar la producción de gas, cuya importación es una de las responsables de los problemas cambiarios. El denominado Plan Gas se usa para premiar a las empresas que se comprometieron con el Gobierno a aumentar la producción. Les asegura un valor de 7,5 dólares por millón de BTU (la unidad de medida), muy por encima, por ejemplo, de lo que se paga hoy en Estados Unidos.
Hasta hace semanas, había partidas millonarias en el programa denominado Plan Gas, en la órbita de Economía.
Ayer, el denominado «Programa de Planificación y Coordinación Estratégica del Plan Nacional de Inversiones Hidrocarburíferas», a través del cual ahora la cartera de Kicillof reúne los fondos para el sector petrolero, tenía un presupuesto de nada menos que 13.807,87 millones de pesos para subsidiar la actividad. Es un 93 por ciento más que los 7155 millones de pesos que tenía el año pasado para las mismas tareas.
El subsidio a las petroleras tenderá a compensar la baja en el precio del barril que acordaron esta semana con el Gobierno. Para traducir en el mercado local la caída en el internacional, Economía acordó una reducción de US$ 7 en el crudo doméstico.
El denominado Medanito, propio de Neuquén, cuesta ahora U$S 84, pero pasará a US$ 77 a partir del 1° de enero, mientras que el Escalante, de Chubut, sale US$ 67 y pasará a 60 dólares.
En ambos casos, están por encima del precio mundial del crudo, que en su variedad WTI (la que se usa en Estados Unidos), alcanzó ayer los 54,73 dólares por barril, con una baja del 2 por ciento y está en los niveles más bajos en los últimos años.
(Fuente: La Nación)