Buenos Aires.- Jorge Mangieri realiza tareas de mantenimiento y limpieza en el Módulo 1 del Complejo Penitenciario de Ezeiza. No tiene horario fijo. Pero trabaja entre cuatro y seis horas diarias. Eduardo Vásquez, el ex baterista de Callejeros que purga una condena a prisión perpetua por el homicidio de su mujer, es otro de los detenidos que trabaja. No tiene ninguna actividad vinculada a su profesión como músico: es uno de los encargados de mantenimiento en el sector de educación del mismo penal donde está el acusado del crimen de Angeles Rawson.
Ambos cobran el equivalente a un salario mínimo, vital y móvil, y estarían en condiciones de percibir aguinaldo y hasta tener vacaciones, según lo resuelto por la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, que esta semana hizo lugar a un pedido realizado por un grupo de reclusos alojados en la misma unidad penitenciaria.
El portero es uno de los presos más reconocidos que tiene la cárcel de Ezeiza. La explosión mediática que tuvo el caso por el que está detenido lo puso en una situación de privilegio frente al resto de sus compañeros de ranchada. Desde junio de 2013 está alojado en un pabellón conocido como “el de los famosos”. Además de trabajar, el ex encargado del edificio de la calle Ravignani está cursando la secundaria. Por eso, divide sus horas entre su trabajo como limpieza y el estudio.
En el mismo sector del penal también están Vásquez, el ex sindicalista José Pedraza, condenado por el homicidio del militante de izquierda Mariano Ferreyra, y el empresario Leonardo Fariña, procesado por evasión tributaria. Los voceros consultados indicaron que tanto Fariña como Pedraza no cobran un sueldo porque “no tienen asignada una tarea remunerada”.
Según indicaron fuentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Mangeri y Vásquez perciben un sueldo de 4.400 pesos bruto. “Con las deducciones por jubilación y la Ley 19.032 (servicios sociales) ganan un sueldo de bolsillo de 3.784 pesos”, dijeron a este diario.
Lo mismo ganan otras “celebridades”, como Rodolfo Bomparola, el hermano de la reconocida diseñadora, detenido por su presunta vinculación con una banda de narcos VIP, o Miguel “Mameluco” Villalba, el ex candidato a intendente de San Martín, también vinculado a una organización narco y condenado a 23 años de prisión. Bomparola está alojado en el penal de Villa Devoto, donde existe la mayor presencia del Sindicato Unico de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (Sutpla). De hecho, los 1.600 internos que hay en la actualidad cobran el salario mínimo, vital y móvil, pese a que no todos tienen una tarea asignada.
El acusado de formar parte de una organización sospechada de distribuir cocaína en eventos de la farándula está preso en el Módulo 1. Trabaja en el taller de bolsas que tiene la Unidad. “Arma bolsas para regalos de papel madera, que ensambla y le pasa el cordón”, confiaron. El emprendimiento en el que participa es del SPF y está regulado por el Ente de Cooperación Penitenciaria (EnCoPe).
La misma actividad realizan dos acusados en una resonante causa por lavado de dinero: Jesús Yepez Gaviria y el pastor David Andrés Acevedo Muñoz, procesados por narcolavado. Mameluco Villalba, por su parte, realiza trabajos de limpieza y mantenimiento en el Módulo 2 de Ezeiza.
De acuerdo con la información suministrada, el ex mánager de Callejeros, Diego Argañaraz, el barrabrava y condenado por el crimen de Mariano Ferreyra, Cristian Favale, el “rey de la Efedrina”, Mario Segovia, y el supuesto capo narco mexicano, Jesús Martínez Espinoza, no cobran sueldo porque eligieron no formar parte del sistema laboral.
En la misma situación se encuentran los represores Miguel Etchecolatz y Jorge “el Tigre” Acosta, alojados en el Complejo Penitenciario I de Ezeiza, entre otros.
En la actualidad más de 7 mil internos que están bajo la órbita del SPF cobran el equivalente a un salario mínimo, vital y móvil. El gasto en sueldos se duplicó a partir de la conformación del sindicato: según pudo saber PERFIL, sobre la base de datos que maneja el SPF, en 2011 el Estado abonó 130 millones de pesos de peculio, mientras que en 2012 el gasto llegó a 220 millones. En 2013 se pagaron cerca de 290 millones.
Para 2014 se estima que el gasto supere los 350 millones, y eso sin tener en cuenta los nuevos beneficios que tendrán los presos: aguinaldo y vacaciones pagas.
(Fuente: Perfil.com)