Neuquén.- Richard Robles, de 24 años, murió ayer luego de recibir un disparo de un rifle calibre 22 en la zona de la cintura en medio de un violento enfrentamiento entre familias por la presunta venta de una casa. Ya hay dos detenidos y el principal implicado es un menor de 17 años.
El conflicto se originó por una disputa por una casa del barrio. Los incidentes se extendieron durante cinco horas y concluyeron con dos sospechosos detenidos ayer por la mañana: Heraldo Navarrete (58) y su hijo menor de edad (17).
El fiscal Agustín García informó que el test de pólvora dio positivo en las dos manos del menor.
Un grupo de jóvenes relató cómo sucedieron los hechos. Todo comenzó por la compra de una casa entre Navarrete y un vecino que vive a media cuadra sobre la calle Rafael Fernández, al que reconocieron como Mario. (Ver aparte)
Rodrigo (22) y Lucas (18) participaron del conflicto. Explicaron que la noche anterior en la casa de Mario se habían juntado «algunos conocidos».
Alrededor de las 23, «uno de los amigos de Mario fue a comprar vino y pasó enfrente de la casa de Navarrete. Como la bronca viene hace rato, lo vieron al viejito solo y le dieron una paliza entre tres; lo desfiguraron», dijeron los testigos.
Los vecinos lo advirtieron y acudieron en defensa de Mario. «Saltamos a defender y le pegaron a uno de los chicos en la cara. Ahí empezamos a tirar piedras contra la casa, contra toda la familia», relataron.
Luego llegó la policía y la situación se tranquilizó por poco tiempo. A la 1:30, cuando los uniformados ya se habían retirado, los incidentes continuaron.
Rodrigo contó que «Navarrete nos amenazó a todos. Tiró tres tiros desde la ventanilla del baño que está en la planta alta de su casa. Uno dio en una chapa, otro se perdió y la última le dio al pibe -Richard-«.
El comisario Luis Curipe dijo que Robles murió instantes después en el hospital. Primero lo llevaron al Heller y luego al Castro Rendón, donde falleció. La autopsia determinó que el deceso fue por una «lesión hipogástrica izquierda. Shock hipovolémico debido al proyectil del arma».
Ayer por la mañana la vereda de Navarrete y la calle estaban llenas de piedras. La casa tenía ventanas rotas, el portón abollado y los ladrillos de cerámico del paredón agujereados. La policía secuestró en el domicilio un rifle calibre 22 y numerosas vainas servidas del mismo calibre.
(Fuente: Diario Rio Negro)