Estados Unidos.- La buena producción demostrada en el debut ante Chile y el juego físico que impuso Panamá en el choque ante Bolivia le permitieron a Gerardo Martino reservar a su mejor hombre. Dejar a Lionel Messi en el banco de suplentes fue un acierto del Tata, dado que el rosarino debía ir de meno a mayor para no complicar su lesión.
La Argentina tardó seis minutos en confirmar la idea de su entrenador. La diferencia de intérpretes no suponía ningún peligro para los albicelestes y Nicolás Otamendi se encargó de encausar la victoria al capitalizar un preciso centro de Ángel Di María. El prematuro gol le dio tranquilidad a un equipo que se encargó de administrar la energía durante el resto de la noche de Chicago.
Del mismo modo que le ocurrió a Uruguay con Venezuela, los criollos subestimaron a sus rivales, un error que favoreció al combinado de Hernán Bolillo Gómez. La presión panameña, la fricción y la vía aérea fueron las herramientas para llevar el pleito a la zona de Sergio Romero.
Sin embargo, cuando se cumplía la media hora, un golpe de Aníbal Godoy sobre Nicolás Gaitán limitó las posibilidades centroamericanas. La acertada postura que tuvo Joel Aguilar al expulsar al volante que se desempeña en la Major League Soccerdejó el panorama limpio para que los bicampeones del mundo se luzcan.
Antes de que se vayan al descanso las alarmas de la preocupación se encendieron en el sector albiceleste. La lesión muscular que sufrió el Fideo obligó al ex DT del Barcelona a reemplazar al rosarino por Erick Lamela. De confirmarse el desgarro, la figura del PSG se perdería el resto de la competición.
En el complemento los del Tata se despertaron. Con la proyección de sus laterales, el circuito ofensivo mejoró su andamiaje y Gonzalo Higuaín comenzó a tener mayor participación, aunque el Pipa no mostró su mejor versión a la hora de definir. En la ocasión más clara que tuvo, el delantero del Nápoli tardó más de lo que exigía la jugada y Roderick Miller logró desactivar el peligro.
Más allá de lo que pasaba en el campo de juego, el momento más destacado por los hinchas que colmaron el Soldier Field fue cuando Messi ingresó en lugar de Augusto Fernández. La Pulga tuvo el reconocimiento del público, dado que su presencia justificaba el dinero invertido en las entradas.
El mejor jugador del planeta no tardó en desplegar su magia. Ocho minutos después de haber entrado, Leo recibió una asistencia de Higuaín y aseguró el triunfo. Argentina se afianzaba en la cima de su zona y comenzaba a pensar en Venezuela o México, los dos clasificados del Grupo C.
Si algo le faltaba a la noche era el golazo que convirtió el rosarino de tiro libre. Luego de recibir una dura infracción de Luis Henríquez, que abarcó tobillo, rodilla y cuello, el astro se hizo cargo de la pelota parada y la colgó del ángulo. Con un rato de su calidad, los amantes del fútbol se empacharon de placer.
Lejos de las desafortunadas declaraciones que había hecho Maradona, en relación a su personalidad y su liderazgo, Messi volvió a facturar después de sacarse de encima a Felipe Baloy. Además de asegurarse una nueva pelota para su colección, el capitán también se vistió de asistidor al enviar un punzante centro que Marcos Rojo bajó para que Sergio Agüero confirme la contundente victoria.
Fuente: Infobae