Sin los tradicionales fuegos artificiales, con miles de agentes desplegados y todas las agencias de seguridad en alerta máxima. Así recibirán el nuevo año emblemáticas ciudades europeas como París, Viena y Bruselas, e incluso la estadounidense Nueva York, debido a las amenazas de atentados terroristas similares a los de París.
La tradicional celebración en los Campos Elíseos de la capital francesa se mantendrá, pero lo hará de manera sobria y entre fuertes medidas de seguridad, en la que será la mayor concentración autorizada en Francia desde la instauración del estado de emergencia tras los atentados de noviembre.
Nueva York, por su parte, también ha preparado un plan de seguridad “más amplio que nunca” con unos 6,000 policías para los festejos de la llegada del Año Nuevo en Times Square, que suelen congregar hasta un millón de personas, indicó la víspera (martes) el alcalde Bill De Blasio.
Por su parte, las autoridades de Moscú decidieron cerrar este año la emblemática Plaza Roja, donde tradicionalmente se celebra el Año Nuevo, por temor a atentados.