«¡Cállase señora. Venimos a buscar la plata!», le gritó a Daniel un sujeto encapuchado y armado que se asomó en su habitación de la segunda planta de la casa cuando ella miraba una película en un ipad. La mujer y su hija fueron reducidas por dos sujetos encapuchados y armados, que robaron 2000 pesos, una notebook, una cámara fotográfica y se llevaron hasta la perra caniche toy de la familia.
El comisario Elio Tapia informó ayer que el hecho ocurrió el jueves, alrededor de las 21, en una vivienda de la calle Primera Junta al 500, en el barrio Belgrano de esta ciudad.
Daniela relató anoche a «Río Negro» que estaba en la planta alta mirando una película. Su hija, de 15 años, se había dormido en el sillón del living, en la planta baja. Contó que su marido estaba en el patio, a unos 10 metros de la casa, agachado soldando unos cables de un colectivo.
Los sujetos irrumpieron en la casa por la puerta de la cocina y se movieron silenciosamente. Ni la perra ladró. Uno de los sujetos subió la escalera hasta la planta alta y cuando encendió la luz, Daniela observó al desconocido y nunca imaginó que era un asaltante. Cuando alzó la voz para preguntar quien era, el sujeto la hizo callar y le exigió el dinero.
La mujer explicó que no había dinero. Su hija escuchó los gritos y subió a ver qué pasaba. El encapuchado obligó a las mujeres a bajar las escaleras. «Cuando llegamos a la planta baja nos hacen tirar al piso y nos tapan con una manta», señaló. Allí, observaron que había otro sujeto encapuchado y armado.
«Nos dijeron: No miren que van a estar bien», rememoró la mujer, quien destacó que no las insultaron ni golpearon. «Me decían que no llore y mi hija me pedía que me tranquilizara», agregó. Los asaltantes reclamaban la caja fuerte, pero no hay en la vivienda. La hija les dijo que ella tenía dinero y les entregó 2000 pesos. «Mi preocupación era que mi marido podía subir y temía por lo que le pudiera pasar», confió la mujer. Los sujetos se marcharon con la plata, una notebook y una cámara fotográfica.
Antes de irse, amenazaron a las mujeres para que no llamen a la Policía. Cuando se marcharon, Daniela dijo que revisaron qué faltaba en la casa y descubrieron que se habían robado a «Pupi», la perra caniche toy de su hija. Luego, avisaron a su marido lo que había pasado y llamaron a la Policía. El hombre estaba conmocionado. Policías recorrieron la zona, pero no ubicaron a los autores del robo.