Neuquén.- La fruticultura en Río Negro y Neuquén, dos de las provincias más importantes de la región patagónica argentina, ha experimentado una caída significativa en los últimos años.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, la producción de frutas en Río Negro y Neuquén disminuyó un 20% entre 2015 y 2020.
Esta caída se debe a una combinación de factores, entre los que se destacan la explosión de hidrocarburos, la sequía, las heladas y la falta de inversión en tecnología entre otros puntos.
La caída de la fruticultura en Río Negro y Neuquén es un problema complejo que requiere una solución integral. Es necesario que el gobierno nacional y los provinciales trabajen juntos con los productores y otros actores de la cadena de valor para implementar medidas que protejan la producción local y promuevan la exportación.
La Red Neuquén tomó contacto con Eduardo Artero, presidente del Consorcio de Riego de Cipolletti y productor frutícola, para hablar sobre la situación de la fruticultura en el Alto Valle.
«Los gobiernos provinciales y Nación se olvidaron por completo de los chacareros», señaló el referente.
En esa línea, cuestionó que «ni siquiera en el Congreso se escucha hablar a los legisladores sobre la problemática que atravesamos».
«En las chacras no conocemos a ningún representante del estado nacional y los funcionarios provinciales están en la de ellos», lamentó.
Artero también apuntó a que «solo interesa Vaca Muerta y lotear las chacras después de que creamos un valle fértil a través de años de trabajo».