El huevo o la gallina… qué es primero?

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 Por Nieves Villanueva

La inflación baja, sin embargo, las ventas no repuntan. Al contrario, todas las mediciones de venta, consumo y actividad comercial dan a la baja.
Consultado un economista al respecto respondió que es al revés; caen las ventas y eso produce un proceso recesivo de la economía, es decir, la economía no crece sino que se retrae y la recesión económica prolongada en el tiempo produce disminución de los precios porque nadie vende absolutamente nada, porque no hay poder adquisitivo, la gente no tiene dinero para comprar bienes y contratar servicios o se limita mucho más. Entonces esa recesión económica produce disminución de la demanda de bienes y servicios.
Cuando cae la demanda de bienes y servicios, el precio de equilibrio, que es donde se cruzan la oferta y la demanda, como la demanda cae, la curva se corre, digamos, hacia abajo y el precio de equilibrio baja. O sea, la inflación se desacelera.
Ahí la explicación de por qué a pesar de que la economía formal, en los papeles “se enfría” no repunta la economía de la calle. La tuya, la mía, que sigue sin alcanzarnos el sueldo.
A eso sumarle que los servicios básicos (y otros no tan básicos) siguen aumentando, los salarios no se ajustan al mismo ritmo (salvo que labures en el estado neuquino) y que los precios quedaron altos cuando las industrian remarcaron “por las dudas”.
La conclusión es que los bolsillos siguen flacos.