El 80% de los argentinos redujo o eliminó los asados por la crisis económica

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Un estudio privado sobre el humor social reveló que, ante la creciente dificultad para llegar a fin de mes, el 80% de los argentinos ha decidido reducir o eliminar los asados de su rutina. Este ajuste, que afecta uno de los rituales más arraigados en la cultura local, es solo una de las estrategias implementadas por las familias para hacer frente a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo.

El informe fue elaborado por la consultora Moiguer y se basa en un relevamiento realizado entre julio y agosto de 2024, que incluyó 1.300 casos de personas de entre 16 y 75 años. Según los datos recabados, el 52% de los encuestados afirmó que su capacidad de consumo ha disminuido respecto al año anterior, y el 69% señaló que sus ingresos no alcanzan a seguir el ritmo de la inflación. Además, el 52% de los hogares informó tener deudas, un aumento de 10 puntos porcentuales en comparación con el año pasado.

Entre los ajustes más comunes, además de los asados, se destaca la reducción en el uso de taxis, Uber o remises, que ha sido recortado por el 51% de los encuestados, mientras que el 40% optó por disminuir su uso. Otros consumos afectados incluyen las golosinas y chocolates, que el 86% ha reducido, y las salidas con familiares o amigos, que el 85% decidió restringir.

La presión económica ha llevado al 55% de los encuestados a recurrir a ahorros para cubrir los gastos cotidianos, y el 45% ha optado por sumar horas de trabajo o buscar nuevas fuentes de ingresos a través de emprendimientos. Los sectores de mayor nivel socioeconómico también han sido afectados, aunque en menor medida: el 52% de las familias de alto poder adquisitivo admitió haber recortado gastos, frente al 62% de los hogares de nivel medio y el 77% de los de nivel bajo.

Si bien algunos gastos, como los relacionados con la educación, medicamentos o transporte público, han resistido en mayor medida los recortes, un 41% de los encuestados reconoció haber reducido incluso el presupuesto destinado a la educación de sus hijos.

En resumen, el relevamiento de Moiguer evidencia que la pérdida de poder adquisitivo sigue impactando de manera significativa en los hogares argentinos, obligando a las familias a modificar sus hábitos de consumo y ajustar sus presupuestos en diversas áreas.