Es la democracia

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 Por Nieves Villanueva

A veces se gana y a veces se pierde; y quienes pierden, si el juego fue limpio, deben aceptar la derrota.

En las elecciones del 2023 no solo ganó Javier Milei, ganó un modelo de política, mejor dicho de la NO política, del fin de la “casta”, del “se terminó el curro” y del “se robaron todo”. Y perdió el otro modelo, el “populista”, socialista el de “todos y todas”. Y hay que aceptarlo, respetarlo y convivir.

Eso no significa que no se pueda protestar, estar en desacuerdo y buscar las formas de que los proyectos del modelo ganador sean lo menos “perjudiciales” posibles. Las organizaciones sociales, los gremios y los partidos políticos opositores vienen enfrentando desde el minuto uno esos proyectos. Todos englobados en la Ley Bases.

En esa línea las manifestaciones que se dieron tanto en la puerta del Senado de la Nación como en las principales ciudades del país son legítimas; de hecho considero que producto de ellas es que se consiguió frenar algunos artículos y modificar otros. Pero es hasta ahí; ahora cabe respetar lo que la mayoría del pueblo eligió. Más allá de que alguien pueda poner en duda los porcentajes reales ya que en el ballotage elegimos blanco o negro.

Ahora cabe esperar las repercusiones de esas nuevas normas de convivencia nacional, quienes son optimistas seguirán diciendo que hay que darle tiempo, que “estamos mal pero vamos bien”. Quienes ven la mitad del vaso vacío dirán que se selló el fin de la patria como la conocíamos.

En medio de los debates sobre los contenidos se habló de coimas, prevendas, se pidió abstención de votos, se puso en duda la honestidad de legisladores y legisladoras.

Pero bueno; es la democracia, es la política, es lo que hay.