En febrero de este año, a dos meses de arrancar la gestión del flamante gobernador Rolando Figueroa presentó la renuncia a su cargo el Subsecretario de Gestión de Riesgos, Luis Sánchez. Quien en la gestión anterior había sido ministro de deportes.
En ese entonces se rumoreaba que su renuncia se debió a diferencias irreconciliables con su jefa; Luciana Ortiz Luna.
Al mismo tiempo empezó a correr en los pasillos gubernamentales la versión de que el subsecretario de emergencias, Martín Giusti, también tenía diferencias con la titular de la secretaria de Emergencia y Gestión de Riesgos. De hecho en los medios de la región lo supimos rápidamente ya que Giusti siempre fue una alta fuente de información y, de pronto, no podía salir más a dar declaraciones.
Un hecho donde esta situación se puso de manifiesto claramente fue la cobertura de la Fiesta de la Confluencia. Sin embargo, Giusti nunca hizo pública ninguna queja al respecto.
Pero la semana pasada todo explotó. Referentes de la Secretaría de Emergencia que llegaron a la dependencia de Defensa Civil para realizar un inventario; al no disponer de llaves forzaron las puertas de algunas oficinas que eran utilizadas como depósitos y luego denunciaron algunas irregularidades.
Aparentemente por esta razón Ortiz Luna habría pedido el apartamiento de Giusti.
Sin hablar de la cuestión de fondo desde el gobierno provincial se anunció que el ex referente de Defensa Civil dejará el cargo y se iría al ministerio de gobierno, aunque no definieron qué rol cumplirá allí.
Las personalidades fuertes en la política tienen sus pros y sus contras. Ortiz Luna es reconocida por su capacidad de trabajo pero también por tener carácter fuerte y, tal vez, eso genera estas rispideces con sus compañeros.