La provincia de Neuquén recibe, según sus autoridades, 25 familias por día obnubiladas por los supuestos beneficios de Vaca Muerta. Calculando cuatro personas por cada “familia tipo” estamos hablando de 100 personas por día.
Gran porcentaje de esa gente se afinca en la capital neuquina donde buscan trabajo, vivienda, educación, salud, seguridad, servicios, etc. Y donde también, algún día, podrían morir.
La necesidad de los cementerios neuquinos aumentó un 20% si lo comparamos con un período de alta demanda como fue el de pandemia (2019-2021). Y el mercado disponible es acotado ya que la ciudad cuenta con dos necrópolis públicas limitadas de espacio por las condiciones urbanísticas ya que están en áreas densamente pobladas.
El del barrio Progreso tiene 3,6 hectáreas y el Central 3,5 y ya muestran una saturación en la prestación de su servicio.
De allí la planificación de un tercer cementerio público que se llamará “La Colonia” y estará ubicado en la zona de la meseta al límite con Centenario. Se trata de 16,6 hectáreas con un concepto de “parque” ya que habrá un manto de césped donde se colocarán las sepulturas, también se construirán nichos. Otro dato novedoso es que se definirán zonas según las creencias religiosas de los difuntos; será “multiconfesional”.
En “La Colonia” habrá 13.908 tumbas cristianas, 1.409 judías, 967 musulmanas y 872 budistas. La obra ya arrancó y tiene un buen avance del paredón perimetral. La expectativa es finalizar en 4 etapas de un año cada una aproximadamente. De todos modos, en Argentina, nunca se sabe.
Si bien la población cada día más opta por la cremación, en un 56%; todavía hay un 27% de sepulturas y un 17% de nichos. De ahí la previsión de construir, además, alrededor de 15.000 nichos nuevos en el tercer cementerio.
Estamos de acuerdo en que es un tema incómodo, pero es muy necesario hablar de la muerte, porque es parte de la vida también: la última, si, ya lo sé.