«Consideramos que el asesino de mi hijo y los cómplices son todos militares debido al movimiento y encubrimiento que ha habido en todo esto», denunció Natalia Uribe, madre del soldado Pablo Córdoba, quién reclaman que fue asesinado el pasado 1 de junio en el Regimiento de Zapala.
«Si fuera un civil, el mismo Ejército sería el primero en estar en las marchas y exigir que se detenga al asesino», agregó y aseguró que de no haber implicados, directa o indirectamente, «no hubiese pasado este silencio que hay en los Altos Mandos».
En ese marco, la madre del soldado reprochó que el Ejército ha trasladado personal para encubrir a los responsables de su homicidio y cuestionó que el Jefe del Ejército «ni siquiera se ha comunicado con nosotros» en el transcurso de la investigación.
Asimismo acusó que, Juan José Córdoba, padre del solado, recibió días atrás una «nota intimidatoria» por parte de uno de los Altos Mandos en la que le aseguraban que se «iba a quedar sin trabajo».
Por otro lado, Natalia afirmó que hay pruebas que fortalecen la idea de un homicidio. «Creemos que cualquier pericia va a determinar que a mi hijo lo mataron y seguimos perdiendo tiempo en lo mismo», denunció en referencia a que la Justicia todavía no cambió la carátula a «homicidio» y permanece en «muerte dudosa».
«Lamentablemente, en este mes no se ha avanzado mucho, solo se ha pedido una segunda ampliación de autopsia» agregó y mencionó que la última prueba conocida esta semana fueron los resultados del examen toxicológico, que negó que haya tomado «drogas, alcohol o algún antidepresivo» previo a su muerte.