Neuquén.- La pandemia del Coronavirus llegó a la Argentina en marzo y desde ese mes los médicos y personal de salud no han parado en pos de cuidar y curar a los enfermos.
La provincia de Neuquén no está alejada de la realidad mundial y un lugar estratégico contra el virus es el hospital Castro Rendón, que es de élite en toda la Patagonia.
«Al principio nos daba miedo contagiar a nuestras familias, pero transformas ese miedo en nuevos hábitos y vínculos impersonales», comentó en «Mañanas en Red» (La Red Neuquén 93.7) Silvia Alegría, que es la jefa de la unidad COVID-19 del hospital regional.
El aislamiento de las personas enfermas es crucial para mantener al virus controlado y la profesional reconoció que el estrés es grande, debido a que los hospitalizados no pueden recibir visitas ni ver a sus familiares. «Somos un sostén muy grande para los enfermos, y con las familias ni siquiera hablamos personalmente. A veces tenemos que comunicarles situaciones difíciles a través de un teléfono, es duro y nos afecta», relató.
No hay dudas que el esfuerzo de los bien llamados «esenciales» es extraordinario, pero la médica reconoció que sienten impotencia frente a la irresponsabilidad de la sociedad neuquina.
«Estamos en una etapa de cansancio y sabemos que algunas personas valoran lo que hacemos. También sabemos que se juntan y hacen fiestas, o aseguran que el virus no existe. La enfermedad existe y no descansamos ni un minuto», concluyó.