Nueve días después de que el Airbus A320 de la compañía alemana de bajo costo Germanwings se estrellara contra un macizo alpino en Francia, el fiscal galo Brice Robin anunció los investigadores lograron hallar la segunda «caja negra» del vuelo AU9525 que debía unir Barcelona con Düsseldorf el pasado 24 de marzo.
La carcaza de la misma había sido encontrada previamente, pero no su contenido, que consiste en un chip que registra los detalles técnicos del vuelo. Allí quedan grabadas todas las maniobras que ejecutaron los pilotos a cargo de conducir la aeronave.
La primera de las grabadoras de a bordo (Flight recorder en inglés), que registró las conversaciones y comunicaciones de los pilotos, apareció en el primer día de búsqueda y reveló una serie de datos que permiten inferir que Andreas Lubitz, el copiloto, estaba a cargo del mismo y decidió estrellar el avión contra una montaña aprovechando que el comandante se había ido al baño.