Neuquén.- Quienes siguen el fútbol de ascenso saben de los sacrificios que existen para llegar a lo más alto. Muchos jugadores trabajan de otra cosa y los dirigentes hacen malabares para mantener a las instituciones.
Conseguir el ascenso no es cosa sencilla y Lucas Malacarne lo sabe. Desde su trabajo, que no tiene nada que ver con el fútbol, nos habló sobre la actualidad de Sol de Mayo. El futbolista tiene recorrido por las categorías de ascenso, el exterior y también en Primera, pero siempre se vuelve al primer amor. Es fruto de la cantera viedmense y hoy siente «orgullo» por ver al club de sus amores entre los nueve mejores equipos del Federal A.
«Es increíble lo que se siente. Somos una familia y creo que los objetivos se cumplen cuando tenes un grupo unido. No hay jugadores de renombre, son todos chicos jóvenes. Trabajamos y entrenamos mucho. Este equipo tiene sacrificio», relató.
Es verdad que el equipo no tiene grandes nombres y apellidos, pero tiene deseos de victoria y eso genera ímpetu para seguir peleando por un lugar en la Primera B Nacional. «Varios equipos grandes quedaron afuera y sabemos que tenemos que seguir adelante por Sol», afirmó.
Lucas le dice «Sol» a Sol de Mayo. Es que se siente en casa y sabe que está en casa. También sabe la responsabilidad que atraviesa la institución y no le escapa al compromiso. «Estamos dejando al fútbol de la Patagonia en lo mas alto», consideró.
Respecto a los objetivos, el defensor reconoció que en un principio la idea principal era mantener la categoría pero «a medida que fuimos avanzando nos dimos cuenta que estábamos para más». «No pensaba estar peleando el ascenso», agregó.
Sol de Mayo está en cuartos de final y en plena pelea por la segunda plaza en el Nacional B.