Francia.- Las manifestaciones de los «chalecos amarillos», que empezó como un movimiento de transportistas en Francia por el aumento de los combustibles, se expandió a distintas ciudades de Europa.
Las fuerzas de seguridad de Bélgica y Holanda enfrentaron incidentes y disturbios de facciones similares en las ciudades de Bruselas y Amsterdam.
La policía belga detuvo a más de 400 personas el sábado luego de que manifestantes inspirados en el movimiento francés arrojaron piedras y petardos y dañaron tiendas y automóviles cuando intentaban llegar a los edificios del gobierno en Bruselas.
Una multitud, que la policía estimó en alrededor de 1.000, se enfrentó a oficiales antidisturbios que utilizaron cañones de agua y gas lacrimógeno para mantener a las personas lejos de la sede de la Unión Europea y del barrio del gobierno belga.
La calma fue restaurada después de unas cinco horas.